domingo, 3 de marzo de 2019

Microsporogénesis y Megasporogénesis



La familia Amaryllidaceae ha sido objeto de numerosas investigaciones embriológicas. Sobre la base de las revisiones realizadas por Stenar (1951), Davis (1966), Dutt (1970), Ravikumar & Nair (1982) y Dahlgren et al. (1985), el modelo propuesto para el proceso de microsporogénesis es uniforme para toda la familia, presentándose escasas excepciones sobre el patrón general de microsporogénesis sucesiva con tétradas tetragonales.


Debido a que en las Amaryllidaceae el proceso meiótico generalmente se desarrolla cuando la inflorescencia aún está en el interior del bulbo, los mismos fueron examinados in situ para recolectar los botones evitando extraerlos del suelo. Para ello, se dejó parcialmente expuesta la yema apical con la ayuda de unas pinzas largas y estrechas, forzando un poco la separación y apertura de los primordios foliares y hojas, para seguir la formación de la inflorescencia.
 
La meiosis en las anteras comienza cuando los botones florales están profundamente inmersos dentro del bulbo. El desarrollo de la inflorescencia es indeterminado, formándose de 10-16(18) yemas florales en cada una, con desarrollo centrípeto; cuando en los botones florales más externos
las anteras se encuentran en las últimas fases de la microsporogénesis (tétradas y polen uninucleado sin deposición completa de la exina), las anteras de los botones florales centrales no han comenzado aún la meiosis (tejido esporógeno indiferenciado y microsporocitos).


Megasporogénesis en Angiospermas: El megasporocito se divide por meiosis formando cuatro megásporas haploides que se disponen en una tétrade lineal. Comúnmente las tres ubicadas hacia el micrópilo, degeneran, y la más interna originará el saco embrionario o gametófito femenino. A menudo se forma una pared de calosa durante la meiosis, que aisla la megáspora que sobrevive (en los sacos tetraspóricos no se forma calosa).

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